Deportes
Los I Juegos Centroamericanos y del Caribe, fue la primera de la serie de competiciones deportivas entre federaciones de los países miembros: Cuba, Guatemala y México, celebrados del 12 de octubre al 2 de noviembre de 1926.
Participaron 269 atletas, todos ellos de sexo masculino. Los deportes que se practicaron fueron: atletismo, baloncesto, béisbol, clavados, esgrima, natación, tiro y tenis.
Los II Juegos Olímpicos se celebraron en París, Francia, entre el 14 de mayo y el 28 de octubre de 1900. Participaron 1.225 atletas (1.206 hombres y 19 mujeres) de 26 países, compitiendo en 17 deportes y 166 especialidades. Los Juegos Olímpicos se llevaron a cabo como parte de la Exposición Universal, celebrada en París aquél año. Por ello los organizadores distribuyeron las pruebas deportivas durante más de cinco meses.
Los segundos Juegos Olímpicos, organizados en la ciudad del barón de Coubertin, París, estuvieron marcados por la pésima organización, por sus cinco meses de duración (del 20 de mayo al 28 de octubre de 1900) y por estar enmarcados dentro de la Exposición Universal. Actualmente, aún existen dudas sobre la oficialidad de muchas pruebas. En ellas, compitieron 1.330 deportistas, entre los cuales figuraban, por primera vez, once mujeres. Con 22 naciones representadas y 18 deportes en competición, Francia, Estados Unidos y Gran Bretaña, encabezaron el medallero oficial.
La gran desgracia de estos Juegos Olímpicos fue su coincidencia con la Exposición Universal, ya que el comisario de la misma, Alfred Picard, tenía unas ideas totalmente diferentes a las del barón de Coubertin. Pensaba que los ideales olímpicos no importaban en absoluto: todo tenía que estar supeditado al espectáculo de las manifestaciones y no era relevante el tipo de manifestación o actividad. Era igual que fueran actividades estrictamente deportivas como exhibiciones de globos, carreras de sacos o concursos de palomas mensajeras. No importaba que en las competiciones se juntaran profesionales con aficionados, incluso se fomentaba su mezcla, para así aumentar la curiosidad del espectador.
El barón de Coubertin intentó mejorar la situación contando con el apoyo de la iniciativa privada, pero se olvidó de la incipiente federación que controlaba lo mejor del deporte francés, que le retiró su apoyo. Así, tuvo que acogerse al marco de la Exposición Universal, donde la gran magnitud de actividades hacía que las competiciones deportivas quedaran minimizadas y no contaran, así, con el apoyo popular.
La segunda edición de los Juegos Olímpicos fue un auténtico desbarajuste, muchos de los participantes ni siquiera sabían si estaban compitiendo en una prueba olímpica, ya que éstas se presentaban como concursos, festivales y reuniones internacionales, sin ningún tipo de nexo en común y casi siempre con una inscripción abierta. La polémica era continua, las normativas no existían, o si existían se anulaban y reinventaban a conveniencia de unos cuantos.
Aunque durante el cambio de siglo la publicidad se había puesto en marcha, la Exposición Universal ensombreció tanto esos JJOO que no hubo ni siquiera cartel oficial. Tan sólo se conservan algunos carteles que hacen referencia a los concursos específicos, dentro del marco de la Exposición, aunque pertenecieran a los Juegos.
A pesar de que el número de naciones y de deportes en competición aumentó, la trascendencia de la edición de los Juegos Olímpicos fue menor que la anterior.
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